Es un acto sexual impuesto a una persona en forma violenta y es cometido por lo general por una persona adulta con un o una menor de 18 años. Comprende una serie de conductas que van desde las insinuaciones, miradas provocadoras, gestos groseros, manoseo, exhibicionismo, masturbación ante la víctima, hasta actos de penetración o violación. Es un atentado contra el derecho a la libertad sexual individual de la persona.